LOS SINIESTROS VIALES EN TIEMPOS DE PANDEMIA Y LA VELOCIDAD
De acuerdo con la información suministrada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la OPS (Organización Panamericana de la Salud), los accidentes de tránsito y laborales viales, cada año muestran una estadística elevada de víctimas mortales y de otras con lesiones físicas y psicológicas, las cuales terminan en algunos casos con secuelas irreversibles e incapacidades. A lo anterior hay que sumarle las consecuencias emocionales que sufren todos los afectados, incluidas sus familias y el lucro cesante que se produce tras un accidente.
En estos tiempos de Pandemia a nivel Mundial, uno de los factores de riesgo de los siniestros viales que está aumentando es el exceso de velocidad, bien sea por velocidad excesiva (conducir por encima del límite de la velocidad establecida) o por velocidad inapropiada (conducir demasiado rápido de acuerdo con las condiciones de la vía, pero dentro de los límites), debido a que hay un número bajo de vehículos circulando en las vías, lo cual genera más espacio de circulación y proporcionalmente hace que algunos conductores desarrollen más velocidad.
En la actualidad la velocidad es un factor de riesgo en los siniestros viales, e incrementa tanto la posibilidad de que ocurra un siniestro como la gravedad de las lesiones de quienes lo sufren. Hay que tener claro que cuando se conduce a velocidad excesiva aumenta la probabilidad de que el conductor pierda el control del vehículo, ya que tiene menos capacidad para anticipar los peligros, debido a que influyen muchas circunstancias como las características del vehículo, la hora del día, las condiciones climáticas o el diseño y el estado de la vía por la que se circula. También impide que otros usuarios de la vía pública puedan prever adecuadamente el comportamiento del vehículo.
Un punto importante para tener en cuenta es que, con el aumento de la velocidad, también aumenta la distancia que recorre un vehículo mientras su conductor reacciona ante la percepción de un obstáculo y toma la decisión de esquivarlo o frenar; en relación con el tiempo de reacción de un conductor, aunque varios estudios han demostrado que puede estar en un rango de tres cuartos (¾) a un (1) segundo en condiciones normales, la mayoría de las veces se sitúa entre uno punto cinco (1,5) y cuatro (4) segundos.
La probabilidad de que un peatón muera si es atropellado por un automóvil aumenta drásticamente con la velocidad.
Un aumento del cinco por ciento (5%) en la velocidad promedio conlleva a un aumento aproximado del veinte por ciento (20%) en el número de siniestros con víctimas mortales.
Si requiere de un compromiso firme y continuo de los conductores para respetar las normas establecidas de velocidad en la red vial y también se requiere de un programa de control de velocidad más eficaz por parte del Gobierno.
Recomendaciones para evitar el exceso de velocidad durante un desplazamiento
- Observar en todo momento las señales de tránsito. Es muy importante comprobar cada cierto tiempo la velocidad máxima a la que se puede circular por determinada vía. Si observamos una reducción muy significativa, esto puede indicar que nos aproximamos a una zona peligrosa, con curvas o pendientes.
- La distancia de seguridad también nos puede dar una pista. Si estamos realizando constantemente adelantamientos, esto puede decir que vamos más rápido que el resto y que quizás estemos incumpliendo los límites máximos de velocidad establecidos.
Evite las distracciones. Uno de los principales motivos por el que se excede la velocidad es la distracción. Es importante estar atentos para garantizar una mayor seguridad. - Varios GPS o aplicaciones móviles informan de la velocidad a la que se está circulando y alertan de un posible exceso. Tener a alguien que controle la velocidad a la que se circula puede ser una gran ayuda.
Usar la velocidad de crucero o el limitador de velocidad del vehículo. De esta forma, se puede conducir tranquilamente. El vehículo no rebasará la velocidad que se ha establecido y mantendrá una velocidad constante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se tiene que reducir en caso de ser necesario. - Si vemos que el resto de los vehículos va más despacio que nosotros, esto puede ser una señal de que quizás estamos circulando demasiado rápido. Si observa esta circunstancia, compruebe rápidamente si es así y adapte su velocidad al resto y a las indicaciones de las señales de tránsito.
- En todo momento, el conductor debe adaptar la velocidad a las condiciones de la vía como la mala demarcación, superficie rocosa, camino estrecho, poca iluminación, etc., a las circunstancias meteorológicas como niebla, lluvia, etc. O a las condiciones horarias como la noche. En estas circunstancias, reduzca siempre la velocidad a condiciones seguras. Disminuir la velocidad aumenta el margen para maniobrar.
También se debe evitar la fatiga y la somnolencia. Por ello se recomienda parar cada 2 horas o cada 200 km. Por supuesto, hay que detener el vehículo con anterioridad si es necesario.
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